10 destinos secretos en Francia
Escrito por: Marina Marcout
Traducido por: Lucas Medrano 06/12/2023
En 2023, Francia ha conservado su puesto de país más visitado del mundo. Su incomparable historia, su rica y diversa cultura, su gastronomía universalmente aclamada, su patrimonio arquitectónico que nunca deja de fascinar, sus variados paisajes que dejan sin aliento por su belleza, hasta su singular art de vivre, a menudo imitado pero nunca igualado y su infinita oferta de actividades, Francia es un país que puede disfrutarse en todas las estaciones y atrae a decenas de millones de visitantes cada año.
Pero, probablemente, las grandes multitudes es lo que quiere evitar. No se preocupe, en el artículo de hoy vamos a hablar de los destinos secretos de Francia, los lugares recónditos y los destinos tranquilos y poco conocidos para que pueda pasar unas vacaciones amenas, lejos del bullicio y fuera de los recorridos típicos.
Siga nuestra guía y descubra 10 ideas de destinos secretos en Francia, lejos de las multitudes:
- Entre la tierra y el mar en Finisterre
- Playas infinitas con vistas a Inglaterra
- Baños secretos en Córcega
- La Charente en gabarra
- La Dordoña epicúrea
- Baile con lobos en Lozère
- El País Vasco desde otra perspectiva
- Escapada mediterránea en Ile Verte
- Un soplo de aire canadiense en el Jura
- Infusión de lavanda en Alpes de Alta Provenza
1. El fin del mundo en una pequeña isla de Finistère
Posar la mirada en la inmensidad del horizonte y contemplar la belleza del mundo sin tener que irse muy lejos. Eso es lo que ofrece la isla de Molène. Situada a 15 km de la costa de Finistère, con una longitud de tan solo un un poco más de 1 km y una superficie de 72 hectáreas, esta isla encarna el famoso dicho: "el buen perfume viene en frasco pequeño".
En sus playas de arena blanca, uno puede relajarse y divertirse contando las rocas que juegan al escondite con las mareas y avistando, a lo lejos, focas grises y delfines retozando.
Una excursión de menos de 4 km (GR34), en el corazón del primer parque natural marino de Francia, ofrece paradas culturales para descubrir los numerosos lugares históricos de este rincón aislado de Bretaña. Al final del día, dése un capricho: coma algo de marisco frente al sol que se esconde en el horizonte del mar de Iroise... ¿Qué más se puede pedir?
Para más información: oficina de turismo de Iroise Bretagne
2. Hauts-de-France: playas con vistas a Inglaterra
¿Sueña con tranquilidad y vistas infinitas, pero no hasta el punto de sentirse ermitaño? En Deux Caps (Pas-de-Calais) encontrará justo lo que busca. Este paraje natural protegido de la impresionante Costa del Ópalo se extiende sobre 7.500 hectáreas entre Boulogne-sur-Mer y Calais, con un litoral de 23 km de largo. Así que hay sitio de sobra para que cada uno encuentre su rincón secreto. Frente al mar, a tiro de piedra del Reino Unido, entre los acantilados de los cabos Blanc-Nez y Gris-Nez, se extienden playas de arena inmaculada abrigadas por dunas y que se lanzan al Canal de la Mancha. Senderismo a lo largo de la costa, kitesurf, carro a vela, paddle boarding... no faltan las actividades deportivas. Cada uno de estos 8 municipios costeros tiene su propia identidad: villas costeras de la Belle Époque en Wimereux, una biodiversidad vegetal especialmente rica en Ambleteuse, observación de la fauna marina en Audresselles... ¡De usted depende elegir en cuál quiere pasar sus vacaciones!
Más información: Oficina de Turismo de Pas-de-Calais
3. Playa paradisíaca escondida en el sur de Córcega
¿Y si un confeti del Océano Índico se hubiera desviado y aterrizado en Córcega? Eso es lo que podría pensarse al contemplar el espectáculo de la playa de Roccapina, en el sur de Córcega.
A diferencia de muchas bahías y calas poco accesibles, para llegar a esta no hay que hacer grandes esfuerzos físicos. Enclavada a medio camino entre Bonifacio, la capital de lo pintoresco, y Sartène, la predilecta de Mérimée, se llega fácilmente por carretera.
Además, a 144 m de altitud, dominando la costa, hay un león yacente esculpido de forma natural en el granito rosa. Esta playa de 400 m de largo invita a sus escasos visitantes a desplegar la toalla en su arena blanca como el polvo y a zambullirse en sus aguas cristalinas.
Más información: Oficina de Turismo de Bonifacio
4. La Charente en gabarra
¿No puede estarse quieto pero no quiere cambiar de alojamiento cada noche? La solución ideal es reservar una gabarra sin necesidad de licencia. Suba a bordo de una de estas cómodas embarcaciones y navegue por la Charente. Abierto a la navegación de recreo, este río, considerado el "más bello del reino" por Enrique IV de Francia y que desemboca en el Atlántico, sigue siendo una de las vías fluviales menos conocidas de la red francesa. Mientras navega junto a los viñedos, entre nutrias, visones y tortugas, podrá admirar los tesoros naturales y arquitectónicos que se irá encontrando a su paso. Una parada en Angulema para visitar su ineludible museo del cómic, otra en Saintes para contemplar los yacimientos romanos y otra en Cognac para saborear su famosa bebida ambarina del mismo nombre. También podrá disfrutar de un refrescante baño, e incluso pescar antes de regresar a Rochefort, donde se acordará y podrá tararear las melodías de la famosa película de Jacques Demy.
Para saber más: información en la página web Infiniment Charentes
5. Dordoña: gastronómica, deportiva y tranquila
Si hablamos de destinos escondidos en Francia, tenemos que hablar de Dordoña. Olvídese de las aglomeraciones de Sarlat (a pesar de que merece claramente una visita) y opte por otra cara menos conocida de la Dordoña. Diríjase al Périgord Verde, mucho menos concurrido que el Negro o el Púrpura, pero igual de encantador.
El Périgord Verde, regado por el río Dronne, que se puede descender en canoa, toma su nombre de Julio Verne, que quedó impresionado por el color de sus colinas, valles y numerosos arroyos. Además de practicar senderismo, ciclismo o equitación por los 2.000 km de senderos del Parque Natural Regional de Périgord-Limousin, podrá pasear por las callejuelas de Brantôme, apodada la Venecia del Périgord, o hacer un curso de búsqueda de oro en Jumilhac-le-Grand. La región también es famosa por su gastronomía, con paradas gastronómicas para degustar las especialidades locales: cochon cul noir (cochinillo negro), nueces, setas, trufas y el ineludible foie gras...
Para más información: visite la página web de Dordoña-Périgord Tourisme France
6. Estancia insólita: solo en el mundo junto a los lobos de Lozère
¿Necesita un poco de soledad y mucho espacio? Ponga rumbo hacia el departamento menos poblado de Francia: ¡bienvenido a Lozère! Y, más concretamente, a un gran destino secreto de Francia, en la meseta de Causse de Sauveterre, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Establezca su campamento base en Laval-du-Tarn, con vistas a las majestuosas gargantas del Tarn, y sumérjase en la historia de este municipio donde, ya en 1789, se organizó una contrarrevolución.
Tras descubrir el castillo de la Caze y observar los numerosos menhires y dólmenes, se quedará boquiabierto ante algunas de las obras maestras de la naturaleza de la región: las cuevas de Aven Arman y Dargilan. Vuelva a conectar con su lado salvaje visitando las legendarias tierras de Gévaudan, en Saint-Léger-de-Peyre, donde se encuentra el mayor parque de lobos de Europa. Lleve su observación de estos fascinantes animales legendarios un paso más allá reservando una noche en una guarida con vistas inmediatas al recinto de los lobos.
Para más información: Oficina de Turismo de Lozère
7. Un País Vasco discreto
Por supuesto, Biarritz y San Juan de Luz siguen siendo visitas obligadas en esta región del suroeste de Francia. Pero si lo que busca es un destino escondido en Francia que sea tranquilo y cuente con rincones vírgenes, debería explorar más a fondo el País Vasco.
Diríjase a Saint-Étienne-de-Baïgorry, ciudad fronteriza con España en los Pirineos Atlánticos. Enclavado en un valle esmeralda, este pueblo alberga casas típicas navarras.
Tras una visita al castillo casi milenario de Etxauz, donde Charlie Chaplin pasó varias vacaciones, y una vigorizante caminata por el bosque para llegar a la cima del Autza, ¡tómese su tiempo para llegar hasta el mar! Desde Hendaya, tome el sendero costero, entre las montañas y el Atlántico, para llegar a la timidísima bahía del Loya, que desvela su playa salvaje cuando hay marea baja.
Para más información: Oficina de Turismo del País Vasco
8. Original excursión a la Pequeña Isla Verde en el Gran Azul
Jugar a Robinson Crusoe en la Costa Azul no tiene por qué ser misión imposible. Desde el puerto antiguo de la La Ciotat (Bouches-du-Rhône), se puede embarcar en un autobús lanzadera para una travesía de 15 minutos hasta Île Verte. A pesar de estar deshabitada, ser muy boscosa y diminuta, esconde 3 bonitas playas.
A lo largo del día, podrá elegir Plageolle, la más pequeña y discreta, la cala Saint-Pierre, donde encontrará el embarcadero y un pequeño restaurante, o Seynerolle, la cala más alejada y la que ofrece las mejores vistas. Como no hay alojamiento para pasar la noche, es aconsejable alojarse un poco más en el interior para evitar las grandes multitudes de la costa. Reserve en Ceyreste, un pueblo muy bien conservado y encaramado entre el Mediterráneo y las colinas, donde podrá disfrutar del estilo de vida provenzal, a sólo 5 km de La Ciotat.
Más información: barcos de La Ciotat a Île verte y alojamiento en Ceyreste
9. Un baño en altitud en el Jura
En el Jura no hay por qué elegir entre los deportes náuticos y el aire puro de la montaña. Esta es una tierra en la que la naturaleza disfruta desdoblándose al reflejarse en aguas cristalinas, y donde podrá descubrirla a través de sus misteriosos lagos. En particular, el lago de Bonlieu, a 2 km del pueblo del mismo nombre, es el punto de partida de un viaje entre el cielo y la tierra. Centelleante en medio del bosque este lago alimenta las impresionantes cascadas de Hérisson, visibles desde las rutas de senderismo. No muy lejos, los laguitos turquesa de Clairvaux-les-Lacs acogen a bañistas, pescadores y windsurfistas en sus aguas cálidas y poco profundas. Una estancia en una casa rural típica del Pays des Lacs (País de los Lagos), como se conoce a la región, le hará olvidar por completo el deseo de tener una "cabaña en Canadá". ¿Está preparado para este insólito viaje al corazón de la naturaleza virgen?
Para más información: Turismo del Jura
10. Baños de lavanda en los Alpes de Alta Provenza
En 2017, Digne les bains apareció en el top 5 de "las ciudades más bellas y secretas de Francia" de The Times. ¡Y no podemos culpar al diario británico por descubrir esta auténtica joya! Capital histórica de la lavanda, esta ciudad zen, situada a 608 metros de altitud en el límite de los Prealpes, tiene mucho que ofrecer.
Para completar su aventura "Made in Provence", tome el incomparable Tren de las Piñas desde Niza. Tras abandonar las palmeras de la Costa Azul, atravesará tomillares y olivares antes de llegar a su destino. Rodeada de inmensos campos de fragantes flores malvas, Digne les bains le invita a relajarse y disfrutar. Relájese en las termas de la ciudad o dése un chapuzón en el lago de Ferréols y disfrute de sus hermosas playas de hierba. Por último, viva una experiencia única en el Museo Promenade, donde podrá recorrer cuatro senderos diferentes, cada uno con su propio ambiente y lleno de descubrimientos. ¡Inolvidable!
Para más información: visite la página web de la Oficina de Turismo
Desde AXA Schengen, esperamos que este artículo te haya dado alguna que otra idea sobre lugares poco conocidos en Francia para tu próxima escapada.
¡BIENVENIDO A LA DULCE FRANCIA!